Por librarme de una… ¡me meto en una peor!
El otro día le dije a mi profe que me encontraba mal porque no tenía hechos los ejercicios y ese día iba a sacar a gente a la pizarra, y cuando llegué a casa le dije a mi madre que ¡no habíamos tenido la última hora!
Lo malo fue que mi padre se enontró esa tarde con la profe (¿se puede tener más mala suerte?) y ella le preguntó si ya estaba yo mejor.
Mi padre alucinó y el resto ya os lo podéis imaginar…
¡mis padres se enfadaron un montón! ¡La próxima vez prefiero decir en clase que no lo he hecho!